EL ARTISTA

Lorenzo Goñi nace en Jaén en 1911, pronto se traslada a Barcelona con su familia, donde realizará sus primeros estudios.

El temprano contacto con la lectura, gracias a la vasta biblioteca familiar, junto con la sordera producida por una enfermedad infantil marcarán su vida para siempre. El aislamiento provocado por su incapacidad se acentúa por una timidez que lo aleja de toda vida social.

Se matricula en distintas academias de pintura, desarrollando un gran virtuosismo en el dibujo de figuras del natural, que con el tiempo será una de las claves de su obra. Al estallar la guerra civil comienza a trabajar para el Sindicat de Dibuixants Professionals de UGT, desarrollando su faceta creativa que había quedado relegada durante mucho tiempo. Iniciará estudios de grabado calcográfico y comienza a colaborar con distintas publicaciones.

Su carrera creativa es ya imparable, dibujante, pintor, grabador, ilustrador, su obra es ingente hasta su fallecimiento en suiza en 1992.

LA OBRA

Si quisiéramos clasificar la obra de Goñi deberíamos admitir su naturaleza inclasificable, los universos por los que discurre su creatividad, los mundos que recrea, la pluralidad de técnicas expresivas que utiliza, hacen de Lorenzo Goñi un talento desbordante en el que caben mil registros y todos los estilos. Su enorme capacidad camaleónica para adaptar la creación al asunto, al motivo a ilustrar, le llevan a recorrer múltiples caminos creativos, desplegando un sinfín de estilos artísticos tan amplios como personales.

Goñi es hoy como era entonces, un creador pleno y plural que se eleva por encima de clasificaciones, para hacer de cada obra un universo único. Goñi no sólo es un artista universal sino que es un artista cercano, porque su obra está hecha para ser entendida, para reconocer y conocer a través de ella, su destino y función es conectar.

Este aspecto de divulgador, que le da su faceta de ilustrador, lo hace especialmente dócil para la difusión de su obra.